sábado, 1 de enero de 2011

encina y alcornoque jóvenes






De forma espontánea (fuera de la propiedad que la pared limita y en zona de uso público) han crecido estos dos árboles propios de la vegetación perennifolia: a la izquierda la encina y a su lado el alcornoque. A sus pies crecen indistintamente los nuevos retoños ya que caen juntas las bellotas de ambos y muchas de ellas enraízan y crecen si no son consumidos sus tiernos brotes por el ganado.
Pueden tener unos 40 años.
Sus troncos rugosos están llenos de líquenes de diversos tipos así como las piedras, tapizadas también de musgo. La presencia de líquenes es un bioindicador, es decir, nos anuncia que en la zona hay aire puro y ausencia de contaminación atmosférica.
En el suelo podemos ver las bellotas caídas junto a un retoño de encina, y el material que hay entre ellas así como su tono oscuro nos dan idea de la formación lenta pero contínua del humus.
En el tronco del alcornoque podemos ver el corcho, cuyo proceso de crecimiento desde su anterior extracción dura unos nueve años.
No lejos de este lugar observamos una zona de repoblación de alcornoques con ejemplares que no llegan a los 20 años.
Todo está situado en Cumbres de San Bartolomé, municipio que pertenece al Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.   M.M.

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